lunes, 10 de septiembre de 2007


En el deporte de alto rendimiento los resultados alcanzados han sido tan relevantes que prácticamente se ha llegado a los límites en cuanto a la manifestación de las posibilidades físico–funcionales y motrices. Esto se debe, en gran parte, a un trabajo matizado por la presencia del componente científico en el enfoque multidisciplinario. Es decir, se han perfeccionado los sistemas de control en torno al complejo proceso de preparación deportiva.
El entrenamiento deportivo es un proceso pedagógico que se concreta en la organización del ejercicio físico, que varía en cantidad e intensidad, produciendo una carga creciente, que por una parte estimula los procesos fisiológicos de sobrecompensación y mejora las capacidades físicas, tácticas y psíquicas del atleta, a fin de exaltarlo y consolidar su rendimiento.
La manifestación de un máximo rendimiento por parte del deportista depende de: La presencia de un óptimo estado de salud física– funcional, motriz y psicológico. Una balanceada nutrición en función de las exigencias energéticas del deporte que practica. El desarrollo idóneo de las capacidades físicas condicionales y las específicas.
El óptimo y homogéneo desarrollo de los diferentes componentes del proceso de preparación deportiva (físico, técnico, táctico, psicológico y teórico). La correcta dosificación por parte del entrenador de la carga de entrenamiento y del cumplimiento de la misma lo más fiel posible por parte del deportista.
Lesiones que se presentan en la Actividad Deportiva.
Al referirnos a las lesiones deportivas debemos tomar los cauces por los cuales se conduce en sentido general la medicina contemporánea, la cual concede importancia primordial al trabajo preventivo o profiláctico. Desde esta perspectiva, el entrenamiento deportivo asume el desarrollo del complejo proceso de preparación deportiva, otorgándole al Kinesiólogo Deportivo, la importante misión de servir como orientador–educador, tanto para deportistas como entrenadores en el sentido de cómo preservar en óptimo estado el aparato locomotor (ósteo–muscular).